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martes, 6 de agosto de 2013

La vida continúa… sí, pero diferente

La vida sigue, pero los vivos actuales no por mucho tiempo. La vida puede cambiar de forma y en ese cambio quedan obsoletos todos los vivos. Porque puede que la vida en su nueva forma parezca tener mucha relación con aquello que ahora creemos el fin de la vida.
Para mi el morir es ganancia dijo alguien que no veía la vida esta como algo a lo que debía aferrarse desesperadamente, porque tenía algo que le hacía vivir confiado acerca de aquello que está más allá de la vida como la conocemos y, aunque para algunos esto es ignorancia porque hablaba de algo que no podía más que creer, resulta ser eso, el creer, lo que todos necesitamos para poder vivir. La famosa frase: “el que no está listo para morir, no está listo para vivir”, nos muestra que en la mente de los seres humanos se funden los dos conceptos: vida y muerte.

El tiempo transcurre sin que podamos tener control de él. Talvéz podamos tener control de lo que hacemos mientras el tiempo transcurre. He notado que mientras más avanzada sea nuestra edad parece que el tiempo transcurre más rápido. Ah, pero sucede todo lo contrario con los niños, pués para ellos el tiempo parece ir demasiado lento, tan lento como a mi me lo parecía en esos tiempos. El tiempo que se muestra como una liebre para algunos, para otros es una gran tortuga que adrede alenta su paso.
Pero el paso del tiempo no es para lamentar sino para reconocer lo afortunados que somos de vivir. Vivir como quien puede saborear todo aquello que está a su alcance, apreciando todo en su justa dimensión, apreciando lo maravilloso que cada cosa e instante encierran.
Al vivir no lamentamos lo vivido, es al dejar de vivir que lo hacemos; lo vivido podemos recordarlo tantas veces como tiempo querramos desperdiciar en lugar de invertirlo en nuevas experiencias y retos que nos harán disfrutar de la alegría de seguir viviendo.
Pero, aquellos que se saben cristianos deben reconocerse como no propietarios de su vida sino sólo usuarios temporales de algo maravilloso que provee alguien mucho más maravilloso que las expresiones disponibles para decirlo. Hagamos todo aquello que nuestra mente valida como bueno, constructivo y que nos inspira a hacerlo bien; ya sea temporal o permanentemente.
De la manera más sencilla que me sea posible, con la mayor sinceridad a la que puedo recurrir: DOY GRACIAS A DIOS POR LA VIDA. A ese Dios que llena mi mente, mis sueños, mis metas y en quien CONFIO todo lo que comprendo y todo aquello que ni enterado estoy que debería comprender.
Escuché lo que un día dijo el Pastor Adrian Rogers acerca de la vida:
Dios no necesita quitarnos la vida como algunos piensan, a él le basta dejar de dárnosla, porque de él es.
Gracias a Dios que por paciencia y misericordia nos permite esta vida que muchos usan para pleitear con él. Gracias. Gracias de verdad.

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